Las redes sociales han tomado un gran auge en los últimos años y con ellas el ciberacoso o “ciberbullying”. Hablamos hoy de ciberacoso cuando un joven usa la tecnología para intimidar a otro. Si se tratara de un adulto acosando a un niño o adolescente, estaríamos en otra situación.

Es común escuchar que niños y adolescentes se suman a edades cada vez más tempranas a las redes sociales como Facebook, la cual está diseñada para mantener el contacto con amigos y conocidos alrededor del mundo a partir de los 13 años. Sin embargo, tales usuarios se encuentran en riesgo de sufrir ciberacoso o de ser testigos de ello cuando no cuentan con la información necesaria y le dan un uso inadecuado a estas herramientas.

A diferencia del matonismo escolar o bullying, en cuyo caso la intimidación suele darse cara a cara, en el ciberacoso ésta se hace “en línea” con mensajnino compues de texto o correos electrónicos de contenido ofensivo, revelando información íntima de una persona o incluso creando perfiles falsos en Facebook, Twitter, Instagram, etc.. No tener a la persona enfrente facilita que el agresor no perciba la reacción y el daño directo que le causa a la otra persona y, además, que pueda esconderse de las autoridades o en el anonimato. Los mensajes de intimidación llegan a los menores donde sea que ellos estén y permanecen vivos  aunque la computadora del ofensor esté apagada, manteniéndolos disponibles las 24 horas. ¡No hay una barrera de protección!

Las consecuencias del ciberacoso varían y pueden llegar a ser devastadoras. Las personas que han sido sus víctimas de manera prolongada, al igual que las del matonismo escolar, suelen mostrar síntomas de ansiedad y depresión y experimentar sentimientos de humillación, miedo y desamparo que pueden llegar a ser graves. Asimismo, es frecuente que presenten dificultades académicas, problemas de sueño y apetito, aislamiento social y síntomas psicosomáticos como asma, dolor de estómago y dolor de cabeza, pudiendo requerir ayuda profesional inmediata.

Para evitar este tipo de situaciones sin que sus hijos dejen de usar Facebook, la buena comunicación entre padres e hijos es fundamental. Es de gran importancia que los padres eduquen a sus hijos sobre el ciberacoso y el uso adecuado del internet y las redes sociales. Le recomendamos lo siguiente:

  • Insista en los valores de respeto de sus hijos hacia los demás y hacia sí mismos.
  • Respete la edad de inicio en Facebook: su hijo debe tener al menos 13 años para ser usuario de esta red social.
  • Pídale a su hijo que no publique información personal detallada y, que mantenga solamente información muy  general. Explíquele  el por qué de ello.
  • Señale que únicamente debe aceptar solicitudes de amistad de personas que conozca y con quienes mantenga relaciones saludables.
  • Enséñele a hacer uso de los criterios de privacidad de Facebook para limitar el acceso a su perfil.
  • Indíquele que no debe darle su contraseña a nadie.
  • Enséñele que debe pensar muy bien antes de publicar fotografías pues, al hacerlo, se expone más y cualquier persona puede copiarlas, guardarlas o usarlas como suyas.
  • Hágase “amigo” de su hijo en Facebook con el objetivo de supervisar las publicaciones que hace y orientarlo.
  • Si su hijo utiliza su Facebook en sitios públicos o en dispositivos electrónicos de otras personas, debe asegurarse de cerrar la sesión al finalizar.
  • Aliéntelo a evitar todos los comentarios negativos e irrespetuosos así como cualquier forma de maltrato y ciberacoso y a denunciar cuando sea testigo de que alguien está siendo atacado.
  • Aliéntelo a informar inmediatamente si llegara a ser víctima de maltrato en línea.
  • Si su hijo le comenta que está siendo víctima de acoso en línea, es importante reconocerle la valentía de contar lo que le sucede y las emociones asociadas. Es fundamental reaccionar con calma, sin generar respuestas violentas ni actitudes de venganza y proceder a documentar lo sucedido. Guarde los mensajes de acoso e investigue si está relacionado con otras personas del ámbito escolar pues, de ser así, es importante informar a la institución educativa. Es importante que su hijo no conteste los mensajes y bloquee al usuario.
  • Busque ayuda profesional de ser necesario.

El ciberacoso puede llegar a tener repercusiones importantes en el desarrollo emocional de cualquier persona, sea esta el ofensor o la víctima. Tomar medidas preventivas y evitar este tipo de situaciones es proteger la integridad y el bienestar de nuestros hijos.

17 de junio del 2015
M. Psc. Ximena Pineda, Psicóloga Clínica y de la Salud